El espíritu generoso de Clara Weinstein, de once años, crece con cada corte de pelo. 

La alumna de sexto curso de la escuela Saint Joseph hizo recientemente su cuarta donación de pelo, esta vez donando 18 centímetros de sus mechones castaños cortados el 9 de octubre a Children With Hair Loss, una organización sin ánimo de lucro que proporciona gratuitamente kits de cuidado y sustitución del cabello a niños que lo pierden debido a problemas médicos.

El camino de Clara hacia la generosidad comenzó cuando sólo tenía 4 años. Tras enterarse de que algunos niños pierden el pelo por enfermedad, decidió hacer algo al respecto. La primera vez donó 25 centímetros de su pelo a Wigs for Kids. Cuando volvía a casa después de cortarse el pelo, le dijo a su madre, Tandy Schmidt: "Quiero dárselo a una niña que no tenga pelo. Cuando me crezca el pelo, volveré a donarlo".

Clara cumplió su promesa.

Desde entonces, a la alumna de sexto grado le ha crecido el pelo y lo ha donado tres veces más, cada una a una organización benéfica infantil distinta. 

"Siempre ha tenido un espíritu muy generoso", dice Schmidt. "Cada pocos años, cuando empieza a tener el pelo largo, me dice que ya es hora. Le encanta saber que lo que está dando va a ayudar a otro niño a sentirse especial y seguro de sí mismo."

El Bunker Hill, West Virginia, la donación más reciente de la residente fue a Children With Hair Loss, de quien recibió un certificado de agradecimiento por su contribución. Según su sitio web, esta organización con sede en Michigan proporciona cada año cientos de prótesis capilares a niños que han perdido el cabello debido a afecciones o enfermedades, https://childrenwithhairloss.org/

Para Clara, la verdadera recompensa no es el certificado, sino saber que está ayudando a hacer sonreír a otra persona.

La estilista de Clara, Erin Elliott, propietaria de Alter Ego Hair Color and Design Studio en Frederick (Maryland), ha estado con ella durante las cuatro donaciones.

"Ha sido increíble ver crecer a Clara en cada uno de estos momentos", afirma Elliott. "Cada vez se sienta en mi silla con emoción y determinación. Lo que hace es tan genuino: es pura bondad".

La directora del colegio Saint Joseph, Maria Byrd, dijo que la compasión de Clara refleja la misión del colegio. 

"Clara vive los valores que enseñamos cada día: fe, bondad y servicio a los demás", dijo Byrd. "Su generosidad inspira tanto a los estudiantes como al personal".

A través de sus continuos actos de generosidad, Clara recuerda a todos que incluso las manos más pequeñas pueden marcar una diferencia duradera y que la bondad, como el pelo, siempre vuelve a crecer con más fuerza.